¿Ejemplos de Amor Conyugal en la Biblia ? No Muchos, Pero Cristo Sí.

Víctor B. García

¿Cómo es el amor con que un marido debe amar a su mujer?  ¿Quién sería un buen ejemplo en la Biblia de ese amor? 

Adán no. Él desprotegió a su mujer de la serpiente y después la culpó por su pecado.  Abraham tampoco. Él, por miedo mintió dos veces sobre su relación con Sara poniendo en peligro su vida e integridad.  Isaac hizo lo mismo.  Jacob amó a Raquel pero su vida familiar fue un caos pues tuvo otras tres mujeres con cada una de las cuales tuvo hijos.

¿Quién podría darnos un ejemplo que inspire un poco más? ¿Moisés, de cuya vida matrimonial no sabemos casi nada?  ¿Job quien era un hombre justo pero tuvo una mujer impía por esposa?  ¿David o Salomón que se distinguieron por su poligamia?  ¿Samuel quien fue un gran profeta pero no se sabe qué clase de marido fue?  ¿Pedro cuya vida matrimonial es un misterio excepto que la Biblia nos dice que tenía suegra? 

Algunos buenos ejemplos podrían ser Booz que parece haber gozado una tierna relación con Ruth.  O José, el padre adoptivo de Jesús, quien actuó con verdadero liderazgo para proteger la integridad moral y física de María y a Jesús en su niñez. O Aquila quien vivía en armonía con Priscila aunque aparentemente ella era tan o probablemente más competente que él.  Otro podría ser Oseas quien fue capaz de amar y perdonar a su mujer a pesar de sus fornicaciones.  

Ciertamente, hay una gran escasez de ejemplos de maridos que amen a sus mujeres como Dios lo manda, no solo en la vida contemporánea sino en la historia bíblica.  Curiosamente, el apóstol Pablo, quien escribió los principios más sublimes e importantes sobre cómo un hombre debe amar a su mujer no era casado. Pero con todo eso, inspirado por el Espíritu, fue certero y supo escoger el mejor ejemplo. Él dijo que los maridos deben amar a sus mujeres así como Cristo amó a la iglesia.  

Cristo es el ejemplo y la medida del amor conyugal.  El amó y sigue amando a su esposa, la iglesia, con un amor sacrificial y transformador, con un amor fiel al pacto que hizo con ella.  El amor de Cristo por su esposa es un amor inquebrantable y persistente que no depende de las circunstancias, de los sentimientos ni del mérito y la dignidad de ella.  Es así como los maridos debemos amar a nuestra mujer.  Y es solamente en Él que podemos hacerlo. Por la gracia de Cristo los hombres podemos reflejar en el amor por nuestras mujeres, el amor de Cristo por su iglesia. 

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