La manipulación y transgresión doctrinal
de ciertos predicadores se debe al descuido de la majestad, y soberanía del
Dios bíblico y a la devaluación de la gracia de la cruz de Cristo en sus vidas
y su teología.
De estos advierte Pablo en Filipenses:
"perros (profanos), malos obreros, mutiladores del cuerpo (que aparentan
piedad)…enemigos de la cruz de Cristo, que adoran al dios de sus propios deseos, se enorgullecen
de su vergüenza y sólo piensan en lo terrenal." (Phi 3:2, 18-19). Esta plaga viene de las bancas
ocupadas por gente que no soporta la sana doctrina y llega a los pulpitos
ocupados por maestros que le dicen a la gente las novelerías que quieren oír (2
Tim. 4.3-4).
Esto se combate con predicadores e iglesias
comprometidas a predicar y vivir la verdad bíblica bajo la gracia de Dios, y a
rechazar las tendencias frívolas y mundanas de los que tienen comezón de oír
pero apartan de sus oídos la verdad,infatuados con las fábulas profanas de sus
falsos maestros.
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