Lecciones del Padre Nuestro


1.      El Padre Nuestro ofrece principios para la oración personal, pero en esencia es una oración para hacerla en comunión unos con otros.  No es “Padre mío,” sino “Padre Nuestro.”  

2.      El Padre Nuestro nos enseña con qué actitud debemos orar:
  1. Una actitud de profunda intimidad y confianza: “Padre nuestro.”
  2. Una actitud de sumisión y temor reverencial: “que estás en los cielos.”  
3.      El Padre Nuestro nos enseña que la oración debe estar llena de adoración:
  1. Comienza pidiendo por la gloria de Dios: “santificado sea tu Nombre.”
  2. Termina glorificando a Dios: “porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria por todos los siglos. Amén.”
4.      El Padre Nuestro consiste de siete peticiones:
  1. Una por la gloria de Dios: “santificado sea tu nombre.”
  2. Una por el reino de Dios: “venga tu reino.”
  3. Una por la realización de la voluntad de Dios en la tierra: “hágase tu voluntad.”
  4. Una por nuestras necesidades materiales: “danos hoy el pan nuestro de cada día.”   
  5. Una por el perdón de pecados cometidos: “perdona nuestras deudas.”
  6. Una por la liberación de pecados o pruebas que nos acechan: “no nos metas en tentación.”
  7. Una por protección contra las acechanzas de Satanás: “líbranos del mal” (o del maligno).

5.      Las siete peticiones del Padre Nuestro abarcan tres áreas que siempre deben ser cubiertas en la oración:
  1. La persona de Dios y su reino.
  2. Nuestra vida material y física.
  3. Nuestra vida espiritual y de comunión con Él.

6.      El orden de las peticiones en el Padre Nuestro nos enseña las prioridades en la oración:
  1. Primero Dios y sus intereses.
  2. Después nosotros y nuestras necesidades.

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