El “calvinismo” son las verdades sobre la salvación derivadas de la doctrina de la soberanía de Dios en administrar su gracia--por eso se le llama “las doctrinas de la gracia.”
Este sistema doctrinal no fue ocurrencia de Calvino. De hecho, Agustín de Hipona lo enseñó casi mil años antes que Calvino, y Pablo lo enseñó más de 300 años antes de Agustín. La presentación sistemática del calvinismo se halla en los Cánones de Dort (1618-1619) escritos para rebatir las afirmaciones de los Antagonistas que afirmaban la habilidad natural de los hombres para creer y para aceptar o rechazar la gracia salvadora de Dios por su libre voluntad.
Las doctrinas de la gracia son cinco: 1) la depravación total del hombre, 2) la elección incondicional, 3) la redención particular (o expiación limitada), 4) la gracia o llamamiento irresistible y 5) la perseverancia eterna de los santos.
El Calvinismo es el énfasis en la autoridad de la Escritura, la dependencia en la fe, la exaltación de la gracia soberana de Dios, la declaración de la suficiencia de Cristo y la búsqueda de la gloria de Dios.
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