La Soberanía De Dios En La Salvación

Del libro “La Soberanía de Dios” de W. Pink

Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría
y de la ciencia de Dios; cuan incomprensibles son
sus juicios e inescrutables sus caminos (Romanos 11:33)

La salvación pertenece a Jehová.....pero el Señor no salva a todos. ¿Porqué no? ¿Quizás porque son demasiado pecadores?  ¡No!....pues el apóstol escribió: “Palabra fiel y digna de ser recibida de todos”.

¿Por qué entonces Dios no salva a todos? ¿Quizás porque algunos tienen el corazón muy duro para ser ganados para Cristo? ¡No! (Ezequiel 11:19).  ¿Será porque son tan obstinados, intratables y desafiantes?

Amigo.... ¿no es cierto que hubo un tiempo en que andabas en consejo de malos, estabas en camino de pecadores, te sentabas en silla de escarnecedores, y con ellos decías: “No queremos que éste reine sobre nosotros”? ¿Cómo es posible que ahora todo haya cambiado?  Como nacido del Espíritu responderás con rapidez: “Por la gracia de Dios soy lo que soy” (1 Corintios 15:10). ¿O acaso dices?...pero llegó un momento en que yo quise, estuve dispuesto a recibir a Cristo como mi salvador. Ciertamente fue así....pero fue el Señor quien te hizo querer (Salmos 110:3- Filipenses 2:13).

¿Por qué no todos los que escuchan el Evangelio son salvos? ¿Es porque rehúsan creer?  Si, es cierto, pero esa es solo una parte de la verdad. Es la verdad vista desde el aspecto humano. Pero hay también un aspecto divino. Es Dios mismo quien hace distinción entre el escogido y el no escogido.

Antes de la fundación del mundo Dios hizo una selección, una elección. Ante sus ojos omniscientes estaba toda la raza humana de Adán y de ella escogió un pueblo, y lo “ordenó” para vida eterna: Hechos 13:48; 1 Corintios 1:26-29; Efesios 1:3-5; 2 Tesalonicenses 2:13; 2 Timoteo 1:9; 1ª Pedro 1:2; Romanos 8:28-29. Resumiendo las enseñanzas de estos pasajes aprendemos que Dios ha ordenado para vida eterna a ciertas personas y que como consecuencia de su ordenación, ellos a su debido tiempo “creen”.  Ésta ordenación para salvación que Dios hace de sus elegidos no se debe a nada bueno ni a mérito alguno en ellos, sino exclusivamente a su “gracia”.

Volvemos entonces a preguntarnos: ¿Por qué escogió Dios a quienes escogió? ¿Fue porque poseían ciertas virtudes? ¿Por qué tenían corazones generosos? ¿Los escogió porque eran buenos? ¿Fue a causa de alguna buena obra? NO. La causa de su elección estriba en Él y no en los que son objeto de su salvación. Él escogió a quienes escogió simplemente porque decidió hacerlo así.

(Para leer el libro completo oprima aquí)

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